Sólo hay que pararse a pensar un momento para darse cuenta de lo diferentes que se viven las fechas navideñas en las diferentes partes del mundo. Sencillamente por el hecho de vivir en un continente u otro, el clima hace que la experiencia sea radicalmente distinta: navidades en invierno, navidades en verano, con sol y playa… Algunos jamás verán nevar en Navidad, a menos que la celebren en el mes de Julio (ya son muchos los países que se sumaron a esta iniciativa para reivindicar chimeneas, jerseys y abetos nevados). Por otra parte, las tradiciones en unos u otros lugares pueden resultar insólitas en otros rincones. Lo que acá se considera lo obvio, para otros puede ser disparatado. Veamos algunas de las costumbres más llamativas y distintivas para celebrar la fiesta más importante del año en otros rincones del planeta.
Cenar de KFC, tradicional en Japón. Mientras algunos crían un pavo que cocinar, o un cabrito, en Japón es la cadena de restaurantes de KFC la que se lleva la mejor parte. Millones de familias reservan incluso con seis meses de antelación su mesa para compartir cubos de pollo frito en un KFC en la comida navideña. Adiós a cocinar, adiós siquiera a los cubiertos, convirtiendo en delicatessen un alimento considerado fast food.
Ropa abrigada para el Gato Yulé en Islandia. Si en el resto del mundo los niños deben conseguir buenas calificaciones para que Papá Noel o los Reyes Magos les traigan regalos, en Islandia aún deben aplicarse más, porque si no terminan sus deberes y consiguen ropa nueva de abrigo para ofrendar al Gato Yulé, este les devorará si les encuentra en el campo. Por supuesto aquellos que se esforzaron en la escuela y consiguieron las prendas para regalar al temible gato, serán recompensados.
El Caga Tió catalán, molido a palos. También en otras partes del mundo intervienen en las tradiciones de Navidad criaturas extrañas. España es mundialmente conocida por El Gordo de Navidad, una lotería con una probabilidad de premio de 1 entre 7 y de 1 entre 100.000 de conseguir un premio principal, lo que ha conseguido que cualquiera se anime a participar incluso desde otros rincones del mundo, a través de internet. Pero concretamente en Cataluña, cuentan con una tradición muy suya en la que los niños apalean a un árbol sonriente llamado Caga Tió para que defeque regalos el día de Navidad. Eso sí, previamente al Caga Tió se le cuida, alimentándole y abrigándole para que pueda fabricar esos regalos.
La Cabra Julbock sueca, la tentación popular. Los suecos de Gävle ponen a prueba su voluntad de hacer el bien colocando en la plaza principal del pueblo una enorme cabra fabricada con paja, el sueño de cualquier pirómano, para provocar y comprobar la rectitud de las almas suecas. La tradición ha desembocado en que el pueblo al completo apueste cuánto tiempo pasará antes de que alguien sucumba y prenda fuego al gigante animal.
No todo van a ser criaturas navideñas. Como tradiciones sencillas y bellas, los venezolanos acuden a la iglesia la mañana de Navidad sobre ruedas, pero no en auto, ya que las calles se cierran al tráfico rodado: son los patines los que sustituyen a carros y motos en las fiestas navideñas. Y si se trata de llevar algo en los pies, en la República Checa las mujeres solteras se colocan de espaldas a la puerta principal de sus casas y lanzan tras de sí un zapato contra ella. Si al caer la punta se orienta hacia la puerta, significa que en menos de un año conocerán al amor de su vida. Los anglosajones colocan sus calcetines junto a la chimenea para al despertar la mañana de Navidad encontrar regalos o dulces dentro de ellos, y en España y Francia se quedan los zapatos o zapatillas junto al árbol de Navidad la noche de Reyes para que estos Reyes Magos hagan lo mismo, aunque a veces pueden dejar también algo de dinero.